INICIACION, PLANIFICACION, EJECUCION,CONTROL,CIERRE

Integración. Alcance. Tiempo. Costes. Calidad. Recursos humanos. Comunicaciones. Riesgos. Adquisiciones

sábado, 29 de septiembre de 2012

Paul Krugman, 27-09-2012: La necedad de la austeridad en Europa


Claro que me apetece escribir sobre Project Management. Pero hay que reconocer que no tiene demasiado sentido en un momento en el que nadie depende de si mismo. Todas las personas que conozco trabajan lo mejor que pueden, cada día, para llevar adelante el trabajo que se les encomienda. Pero eso no garantiza el éxito. Las decisiones gubernamentales, administrativas y/o financieras pueden dar al traste con el trabajo bien hecho.    Hoy sábado me he tomado un tiempo para traducir otra vez a Paul Krugman. A pesar de tanto fariseo que comulga con ruedas de molino en su ansia por ser molinero:   ... 'la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero'.

A continuación mi traducción del blog de Paul Krugman en NYT 27/09/2012: http://www.nytimes.com/2012/09/28/opinion/krugman-europes-austerity-madness.html?src=ISMR_AP_LO_MST_FB


Basta ya de autocomplacencia. Pocos días atrás, la creencia popular era que Europa finalmente tenía las cosas bajo control. El Banco Central Europeo, con la promesa de comprar bonos de los gobiernos en problemas si era necesario, había calmado a los mercados. Todo lo que las naciones deudoras tenían que hacer, decían, era aceptar más austeridad y más profunda - la condición para los préstamos de los bancos centrales - y todo estaría bien. Pero los abastecedores de la sabiduría convencional olvidaron que la gente estaba involucrada. De repente, España y Grecia están siendo sacudidas por huelgas y enormes manifestaciones. El público en estos países está, de verdad, diciendo que ha llegado a su límite: Con el desempleo en los niveles de la Gran Depresión y con antiguos trabajadores de clase media reducidos  a revolver en la basura en busca de comida, la austeridad ya ha ido demasiado lejos. Y esto significa que puede no haber un acuerdo después de todo.

Muchos comentarios sugieren que los ciudadanos de España y Grecia están sólo retrasando lo inevitable, protestando en contra de los sacrificios que, de hecho, deben hacerse. Pero la verdad es que los manifestantes tienen razón. Más austeridad no sirve a ningún propósito útil, los jugadores verdaderamente irracionales aquí son los supuestamente serios políticos y funcionarios que exigen cada vez más dolor.

Considerando los problemas de España. ¿Cuál es el problema económico real? Básicamente, España está sufriendo la resaca de una enorme burbuja inmobiliaria, que causó a la vez un auge económico y un período de inflación que convirtió a la industria española en no-competitiva con el resto de Europa. Cuando la burbuja estalló, España se quedó con el difícil problema de la recuperación de la competitividad, un proceso doloroso que necesitará años. A menos que España salga del euro - un paso que nadie quiere tomar – está condenada a años de alta tasa de  desempleo.

Pero este sufrimiento inevitable posiblemente se está amplificando por los fuertes recortes en el gasto, y estos recortes de gastos son un ejemplo de cómo causar dolor por el placer de causarlo.

En primer lugar, España no se metió en problemas porque su gobierno fuera derrochador. Por el contrario, en vísperas de la crisis, España tenía un superávit presupuestario y una deuda realmente baja. Los grandes déficits surgieron cuando la economía se derrumbó, llevándose los ingresos con ella, pero aun así, España no parece tener toda esta alta carga de la deuda. Es cierto que España está teniendo problemas con los préstamos para financiar su déficit. Ese problema es, sin embargo, debido principalmente a los temores sobre las dificultades generales de la nación – en parte por el miedo a la agitación política producida por el alto desempleo. Y recortar en unos pocos puntos el déficit presupuestario no va a resolver esos temores. De hecho, investigaciones del Fondo Monetario Internacional sugieren que los recortes de gastos en las economías profundamente deprimidas pueden realmente reducir la confianza de los inversores debido a que aceleran el ritmo del declive económico.

En otras palabras, la aspectos económicos reales de la situación sugieren que España no necesita más austeridad. No es momento para fiestas, y, de hecho, es probable que no tenga otra alternativa (sin mencionar la salida del euro) que un prolongado período de tiempos difíciles. Pero los recortes salvajes a los servicios públicos esenciales, a las ayudas a los necesitados y todo lo demás, en realidad lastiman las perspectivas de éxito del país con sus medidas de ajuste.

¿Por qué, entonces, se les exige aún más dolor?


Parte de la explicación es que en Europa, como en América, demasiada ‘Gente Muy Seria’ han ingresado en  el culto a la austeridad, en la creencia de que los déficit presupuestarios, y no el desempleo masivo, son el actual y evidente peligro, y que la reducción del déficit va a resolver, de alguna manera, un problema causado por los excesos del sector privado.

Más allá de eso, una parte importante de la opinión pública en el corazón de Europa - sobre todo, en Alemania - está profundamente comprometida con una visión falsa de la situación. Hable con los funcionarios alemanes y ellos retratan la crisis del euro como una cuestión moral, la historia de los países que vivieron por todo lo alto y que ahora se enfrentan al inevitable juicio final. No les importa el hecho de que esto no es en absoluto lo que pasó – ni el hecho igualmente inconveniente de que los bancos alemanes jugaron un gran papel en el proceso de inflar la burbuja de la vivienda en España. El pecado y sus consecuencias son su historia, y están pegados a ella.

Peor aún, esto es también lo que muchos votantes alemanes creen, en gran parte porque es lo que los políticos les han dicho. Y el miedo a la reacción de los votantes que creen, erróneamente, que están pagando las consecuencias de la irresponsabilidad del sur de Europa deja a los políticos alemanes muy poco dispuestos a aprobar los esenciales préstamos de emergencia, a España y a otros países con problemas, a menos que, en primer lugar, los prestatarios sean castigados.

Por supuesto, esa no es la manera en que se explican todos estos requisitos. Pero eso es a lo que realmente se reducen. Y ya hace tiempo que debe ponerse fin a esta absurda crueldad.

Si Alemania quiere realmente salvar el euro, hay que dejar que el Banco Central Europeo haga lo que sea necesario para rescatar a los países deudores - y esto debe hacerse sin exigir más dolor inútil.

El gráfico que acompaña lo he encontrado en esta página: